lunes, 14 de junio de 2010

Historia sobre una puerta y un dedo...


A parte del cambio de look siguiendo el estilo de verdes que tanto me gustan, os voy a contar al terrible historia de una puerta que no quería a un dedo meñique.

Estaba tranquilamente estudiando en mi habitación cuando se me ocurrió que era una buen idea ir a coger algo de la nevera.
Lástima que mi puerta (bueno, cacho de pared que sobresale de mi armario pero por no hacer el titulo tan grande le llamo puerta) no pensase lo mismo porque decidió que mi dedo meñique no estaba bien donde estaba ni tenía el grosor ni el color adecuado...
Intentó arrancarlo en un descuido levantándome la uña haciendo que tuviese que ir corriendo al baño para evitar vomitar en el pasillo (de la impresión y del dolor me dieron ganas de vomitar y todo T-T) y que me marease.
Estaba sola en casa y después de 10 minutos viendo como se me hinchaba el dedo por momentos llamé a mi padre medio llorando. Me dijo que me pusiese hielo (algo que no se me había ocurrido a mi ¬¬) y se me fue pasando el hinchazón y el mareo hasta que llegó (encontrándome en posición fetal agarrando mi dedito).
Si, he escrito un "asco de vida" y un "tenia que decirlo" dedicado a mi puerta (a ver si me lo publican).

Me voy a la cama, que hay que estudiar mañana (harto se me fastidió la mañana de estudio ayer con el incidente del dedo y la puerta).

Un besito y tener cuidado con las puertas... son traicioneras...

Imagen: un poco emo, pero mi dedo es un emo independentista ... aunque también apoyo la teoría de que la puerta lo hace por mala leche sin más.

1 comentario:

Chantinurri dijo...

Jaja la verdad es que no todo lo malo me tenía que pasar a mi, las desgracias tienen que compartirse, espero que tu dedo se recupere poco a poco y que dentro de nada puedas volver a usar tus queridas converses